Christiane Peres, Rodrigo Savazoni y Aloisio Milani
Reporteros Agencia Brasil
Brasilia - El agronegocio, la política económica ortodoxa y la propia naturaleza del Estado brasileño son, para el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra, las mayores barreras para la ejecución de la reforma agraria en Brasil. Por ello, hace dos semanas más de 12 mil trabajadores empezaron una marcha hacia Brasilia para mostrar a la sociedad la insatisfacción de los que no poseen tierra para plantar.
Los participantes en la marcha tienen cuatro reivindicaciones que pretenden presentar al gobierno este martes: la reestructuración del Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria, el cumplimiento del Plan Nacional de Reforma Agraria, la creación de una línea de crédito especial y cambios en la definición de tierra improductiva para desapropiación.
Los sin tierra arguyen que la falta de funcionarios en el Incra, que es de cuatro mil personas, dificulta la reforma agraria. Para ellos, la restructuración va a agilizar el proceso. Los manifestantes también quieren cobrar el cumplimiento de la meta anunciada en el PLan Nacional de Reforma Agraria en 2003, de asentar a 430 mil familias hasta 2006, y arguyen que hasta ahora se han asentado a 60 mil familias y faltan 370 mil para veinte meses de gobierno Lula.
El tercer punto del pliego de peticiones es la creación de una línea especial de crédito para los asentados. Ellos critican la burocracia del crédito actual, que impide el acceso de los pequeños agricultores.
El último punto es el cambio del índice que el Ministerio de Desarrollo Agrario definió para caracterizar la productividad de las haciendas, que determina si el área será desapropiada para fines de reforma agraria. Según los sin tierra, ese índice fue fijado en 1975 por última vez y desde entonces ha habido innovaciones tecnológicas, lo que altera la clasificación de tierra improductiva.
En esta tercera marcha a Brasilia, el movimiento cuenta con la colaboración de la Via Campesina para organizar el movimiento. La manifestación, que reúne este año al triple de personas de las dos marchas anteriores, llevó un año para su organización.
Traducción : Jaime Valderrama