Brasília,13/5/04 - Agência Brasil - Los ministros de Relaciones Exteriores, Celso Amorim, y de Defensa, José Viegas, participaron ayer en audiencia pública en el Congreso Nacional sobre el envío de 1.200 soldados brasileños a Haití para integrar la fuerza de paz definida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Los parlamentarios lamentaron que el Congreso no haya aprobado esa operación antes de que la prensa divulgase que un batallón brasileño se desplaza de Rio Grande do Sul hacia Rio de Janeiro de donde embarca el 19 de mayo para Haití.
La prisa de los militares se justifica porque los soldados deben iniciar el 1º de julio misión en aquel país con miras a la elección presidencial, tras la derrocada de Jean Bertrand Aristide, y los ministros aseguraron que ningún soldado dejará el país sin la aprobación del Congreso.
El mensaje presidencial solicitando autorización del Congreso para el envío de tropas a Haití se vota hoy en la Cámara de Diputados, y sobre ello el senador Pedro Simón pidió que se analice si los soldados estadounidenses, que están allí desde marzo, no van a salir y dejar toda la responsabilidad a los que están llegando, y el diputado Ivan Valente afirmó que llegar a la isla después de la salida de las tropas estadounidenses puede poner en riesgo la vida de los soldados brasileños, que como la fuerza de la ONU están llegando en un segundo momento, tras la intervención estadounidense, francesa y canadiense, explicando que allí hay un caos político y económico, por lo que es difícil prever lo que ocurrirá a la tropa brasileña, porque no hay garantía de que ella será vista como una fuerza de paz y no de ocupación.
Traductor: Jaime Valderrama