La Habana (Cuba) - A vísperas de la visita del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, el gobierno del presidente Fidel Castro se prepara para jubilar al paredón, como es conocido en Cuba el local de ejecución de sentenciados a muerte. Presionado por la comunidad internacional y la iglesia, el país creó hace poco una comisión interdisciplinar, con representantes del gobierno, del parlamento y de la sociedad civil, para reevaluar - y probablemente abolir - la pena de muerte.
La información fue dada a la Agencia Brasil por el reverendo Raul Soares, pastor de la Iglesia Bautista y aliado al régimen. Él fue el único parlamentar a votar por la abolición de la pena de muerte en la última revisión constitucional, en 1994. La situación ahora cambió. En abril pasado tres disidentes fueron fusilados y otros 75 condenados a penas que van desde dos años a prisión perpetua. Los tres muertos eran acusados de intento de secuestro de un barco para que huyeran de la isla. La madre de uno de ellos desesperada se suicidó el mismo día de la ejecuciones.
Hacía tres años que la pena capital no era aplicada en el país. Organizaciones de derechos humanos en todo el mundo hicieron ruidosas manifestaciones. Las protestas incluyeron también al Papa Juan Pablo II, que hace algunos años visitó a Cuba y discutió con Fidel un programa de distensión del régimen. "La pena de muerte fue un error. No estoy de acuerdo con esas ejecuciones. Pero no se puede condenar sólo a Cuba. Los Estados Unidos son los principales responsables por esa situación", dijo el reverendo Raul Soares, que también dirige en el país el Centro Martin Luther King, ONG ligado a la defensa de los derechos civiles.
Implantada a inicio de la revolución, en 1959, para expurgar los contrarrevolucionarios ligados al dictador depuesto Fulgenio Batista, además de los criminosos de guerra, la pena capital sacó la vida de millares de personas. Inicialmente, los procesos de expurgo estuvieron bajo coordinación del revolucionario Ernesto Guevara, "El Che", muerto en Bolivia en 1967. Tan pronto la revolución se consolidó, las ejecuciones disminuyeron.
Mucho para charlar
Por todos esos motivos, la visita de Lula es esperada con mucha expectativa por el pueblo y por los líderes cubanos. Él desembarca el próximo viernes a las 11.55 h en el aeropuerto internacional José Marti y enfrentará durante dos días una jornada de encuentros con empresarios, políticos y dirigentes cubanos. Los más importantes están reservados para el presidente Fidel Castro e incluyen una cena en el Palacio de la Revolución, el mismo día, y un encuentro privado, a las 12.30 h del sábado.
Ellos tienen mucho para conversar y la agenda fue preparada para que los dos jefes de Estado utilicen al máximo la oportunidad de discutir todos los temas posibles de colaboración mutua", afirmó el embajador brasileño en Cuba, Tilden Santiago.
Aunque los dos lados eviten hablar del asunto, las dificultades políticas de Cuba, sobre todo tras las puniciones a los disidentes, deberán ser tratadas con profundidad. El Partido de los Trabajadores y el gobierno brasileño tienen posición diferente de Cuba con relación a la pena de muerte. "Brasil y Cuba tienen procesos históricos diferentes, que pueden ser analizados fuera del contexto", explicó Tilden, amigo de Fidel y crítico del bloqueo norteamericano al país. Él admite sin embargo que los dos son amigos para tratar de cualquier tema, inclusive los más sensibles.
La reevaluación de la pena de muerte, sin embargo, no será un acto unilateral. Ella vendrá como contrapartida a las concesiones que el gobierno norteamericano ha hecho en la cuestión de la inmigración, desde las ejecuciones. Presionada por el bloqueo económico de los Estados Unidos, que ya dura cuatro décadas, la economía cubana da señales de agotamiento ante tantas presiones. El número de suicidios ha crecido - fueron 1.500 en los últimos doce meses - y el índice de alcoholismo aumentó considerablemente. El gobierno está preocupado con el problema.
Todas las tardes se pueden ver a jóvenes sentados en la rambla de la playa Malecon, emborrachándose con ron. Entre ellos muchas prostitutas disponibles en cambio de un poco de dólares.
Debido a la escasez, los cubanos se arreglan para obtener algún dinero. Se concentran en locales donde hay mucho turismo. Es el caso de la señora Paulina, que por un dólar, dejó que le sacaran una foto con un puro gigante en su boca.
El reverendo Raul Soares, recuerda que no se muere sólo con la pena de muerte. "Pero, también con la pobreza, miseria, negligencia con la educación y la dignidad de los ciudadanos. Esos son instrumentos de muerte peores y condenan a un número mucho mayor de personas en todo el mundo", subraya. Según él, la situación política de Cuba no debe parar. "Debe continuar evoluyendo, inclusive respecto a los derechos humanos. Algunos avances ya ocurrieron desde 1992 y necesitan continuar". (AKR)