Piauí, 16/4/04 - Agência Brasil - Casa, escuela, cesta de la compra, puesto de salud, electricidad, centro comunitario y 18 hectáreas para cada familia agrícola, es la estructura montada por la empresa Brasil EcoDiesel para producir ricino en gran escala en el estado del Piauí, semiárido nordestal, donde econtrar un puesto de trabajo es cosa rara.
De fácil cultivo y resistente a la sequía, el ricino requiere poca agua y tierras altas, condiciones encontradas en las áreas más estériles del semiárido y donde predominan los peores indicativos sociales.
Proyectado para abrigar a 560 familias, el primer núcleo de producción instalado en el municipio de Canto do Burití, a 500 kms. de la capital, Teresina, cuenta con 210 familias asentadas que desde enero plantan ricino, frijol y hortalizas y ganan mensualmente US$ 86 (R$ 250), salario que sólo reciben si tienen a los hijos en la escuela. Otras 140 familias se instalan este mes y hasta el fin del año el núcleo estará totalmente ocupado.
En los núcleos de producción los hombres cuidan del cultivo y los niños van diariamente a la escuela, y por la noche, los mayores de 16 años analfabetos, reciben educación. Las mujeres no trabajan en el campo, su tarea dentro de la comunidad es la de cuidar de las hortalizas y de la basura doméstica, que será transformada en abono orgánico. Según la jefe de producción agrícola del núcleo, Ulda Peterson, además de las diversas leguminosas, la huerta tendrá hierbas medicinales y aromáticas que serán producidas y comercializadas por la propia comunidad, quien añade que con los niños en la escuela, los padres pueden dedicarse al cultivo de la tierra con la seguridad de que sus hijos están siendo educados y aprendiendo lo que ellos no tuvieron la oportunidad de aprender, incluso informática.
Las 18 mil hectáreas del proyecto fueron cedidas por el gobierno del estado en régimen de comodato, pero después de 10 años las familias recibirán el título de propiedad de la tierra. El aceite de ricino posee mercado creciente, tanto en Brasil como en el exterior.
Además del biogasóleo, el ricino se emplea como materia prima en más de 700 aplicaciones entre medicinales, cosméticos y sustitución del petróleo en la fabricación de plásticos y lubricantes, además de la producción de fibra óptica, vidrio a prueba de bala y prótesis óseas.
Durante décadas Brasil fue el mayor productor y exportador mundial de aceite de ricino, pero el cultivo fue descuidado en los años 90 y hoy es el tercero, superado por India y China. El programa nacional de biogasóleo posibilitará la generación de empleo y renta en las zonas áridas y empobrecidas como el nordeste brasileño.
Traductor: Jaime Valderrama