Rio, 6/4/04 - Agência Brasil - La solución del incidente del Área de Libre Comercio entre las Américas (Alca) ya no es una cuestión Técnica, sino un deseo político, dijo ayer en la Cámara Norteamericana de Comercio de Rio de Janeiro, el ministro de Relaciones Exteriores, Celso Amorim, explicando que para el Mercosur la condición más importante en términos de Alca es la de que haya avances sustanciales en acceso a mercados en general, a bienes, específicamente agrícolas, y que ese acceso no sea neutralizado por subsidios internos o externos.
Gracias a la actuación del G-20, liderado por Brasil, el ministro consideró que nunca se estuvo tan próximo a obtener un avance real sobre subsidios, explicando que en cambio de una cuota para determinado producto, aunque éste sea importante, no se puede comprometer la posibilidad de contar con una política industrial efectiva.
Las limitaciones excesivas en compras gubernamentales, en inversiones en relación a las exigencias de contenido nacional, o de contenido tecnológico, obstruyen toda oportunidad de contar con una política industrial.
Otro punto difícil, según el ministro, es el sector de servicios, negando que Brasil no esté dispuesto a negociar en este campo y afirmó que las negociaciones con la Unión Europea lo dejarán evidente, que lo que Brasil quiere es negociar eso con Estados Unidos, en la base de 4+1, para saber lo que le toca en cambio, y añadió que la idea es la de discutir primero en términos bilaterales, pudiendo después extender la negociación a los demás miembros del Alca, considerando que no hay razón para hacer lo que desea Estados Unidos, que ciertas disciplinas, incluso en relación al acceso y especificación de sectores hagan parte del contexto multilateral.
El ministro citó ademas, como punto problemático, la propiedad intelectual, enfatizando que al contrario de lo que dicen Estados Unidos, Brasil no tiene nada contra el cumplimiento de las normas de propiedad intelectual de la Organización Mundial de Comercio (OMC), explicando que el problema radica en cómo se hará ese cumplimiento de la ley, admitiendo que si es una cuestión de cooperación técnica, de consultas voluntarias, Brasil está dispuesto a hacerlo, que la cooperación financiera sería bienvenida, y aseguró que Brasil no tiene ningún interés de promover una industria de piratería.
Lo que el ministro no desea es que algo fuera del límite de capacidad de Brasil, como dinero para combate a la piratería acabe yendo para un sistema de solución de controversias y genere represalias en otros productos, como calzados y zumo de naranja. La meta es la de encontrar un lenguaje que asegure más cooperación, preservado de represalias bilaterales, por lo que es necesario que Estados Unidos comprendan que en este momento no pueden hacerse ciertas cosas, y volvió a sugerir una negociación bilateral entre el Mercosur y Estados Unidos, como los norteamericanos hicieron con otros países.
Amorim expresó que una negociación directa podría resultar en un acuerdo mutuamente benéfico y que favoreciese una real apertura de mercado en todos los sectores, con beneficios y sacrificios equilibrados, preservando sistemas, tanto de un lado como del otro.
Traductor: Jaime Valderrama