Acuerdo posibilita producción de máquinas Braille en Brasil

08/08/2005 - 15h28

Marcelo Gutierres
Agencia Brasil

São Paulo – Un acuerdo entre la Asociación Brasileña de Asistencia al Deficiente Visual, conocida como Fundación Laramara, el Servicio Nacional de Aprendizaje Industrial (Senai) y la Federación de las Industrias del Estado de São Paulo (Fiesp) pretende iniciar en Brasil la fabricación de máquinas de escribir en Braille y tornar el país autosuficiente. El equipo, de origen estadounidense, produce impresiones táctiles para deficientes visuales.

"La máquina Braille es para los ciegos lo mismo que el bolígrafo es para una persona sin deficiencia visual", compara Victor Siaulys, presidente de la Fundación Laramara. Según Siaulys, el equipo, que se asemeja a una máquina de escribir, tiene sólo seis teclas, pero tiene la capacidad de reproducir todas las letras del alfabeto, símbolos matemáticos, químicos y orientales, además de partituras. Cualquier persona que conozca el código Braille puede utilizar la máquina.

Para el presidente de Laramara, el mayor desafío es bajar el costo del equipo, cuyo valor de venta en Brasil es de US$1,500 (R$3.500). No obstante, hay una cola de espera para la adquisición del producto.

La asociación ya obtuvo los derechos de fabricación en Brasil, sin costo, y construyó una fábrica, pero va a necesitar de la ayuda del sector industrial para hacer adaptaciones al equipo antes que pueda iniciar la producción nacional. Para ello, la entidad va a promover un evento para la distribución de las máquinas Braille en el estado de São Paulo. En la primera etapa, el objetivo es beneficiar municipios con más de 100 mil habitantes. Después, la distribución alcanzará todo el estado y el país.

La Fundación Laramara, con sede en la capital paulista, tiene el objetivo de promover, en asociación con la familia, escuela y comunidad, el proceso de desarrollo, aprendizaje y inclusión social de la persona con deficiencia visual: ciegos, baja visión o múltipla deficiencia. Siaulys estima que haya cerca de 1,5 millón de brasileños en estas condiciones.

Traducción: Andréa Alves