Mylena Fiori
Reportera - Agencia Brasil
São Paulo – Los movimientos ambientalistas esperan que Brasil asuma una posición de liderazgo en las discusiones sobre cambios climáticos – uno de los asuntos principales de la Cumbre del G-8, que ocurre hasta viernes (8), en Gleneagles, Escocia. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva participa como invitado en el encuentro entre líderes de los siete países más ricos del mundo y Rusia.
"Brasil es el cuarto mayor emisor del mundo de gases de efecto invernadero causados por nuestros altos índices de deforestación. Esto hace con que el país tenga una gran responsabilidad en la solución de la cuestión de cambios climáticos en el planeta", evalúa Marcelo Furtado, director de campañas del Greenpeace en Brasil. "La población está cansada de oír discurso y quiere ver acciones concretas, con plazos, metas y recursos definidos", resume.
El último viernes (1), el Greenpeace envió carta al presidente Lula donde solicita que él se junte a las autoridades del G-8 para incentivar la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y presionar Estados Unidos para que implementen medidas de combate a los cambios climáticos (los EE. UU. se recusan a firmar el Protocolo de Kyoto, único acuerdo mundial que establece que la adopción de políticas y metas para la reducción de las emisiones de estos gases es obligatoria). Según Furtado, otras organizaciones internacionales también van encaminar pedidos semejantes al presidente.
La industria, la producción de energía y el transporte queman grandes cantidades de petróleo, carbón mineral y gas natural, generando anualmente billones de toneladas de gas carbónico, que son lanzadas a la atmósfera y alteran su equilibrio. Las alteraciones en la composición química de la atmósfera se manifiestan en todo el mundo a través de fenómenos como secas, inundaciones, mayor intensidad de ciclones tropicales, etc.
En la evaluación de los ambientalistas, es esencial que los países del G-8 asuman su responsabilidad en el calentamiento global del planeta, que establezcan metas adicionales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y que apoyen los países en desarrollo en la busca por soluciones. "La presencia del presidente Lula es muy importante, para cobrar de los países ricos que hagan la lección de casa y financien los países en desarrollo para que ellos encuentren soluciones para el problema", afirma Furtado.
Furtado subraya el potencial brasileño para la generación de energías renovables y cree que Brasil puede liderar la discusión sobre soluciones para el problema climático entre los países en desarrollo. Pero los ambientalistas también esperan que Lula presente soluciones para la cuestión de la deforestación en la Amazonia y garantice que "no vamos más a tener índices vergonzosos".
Traducción: Andréa Alves