Ana Paula Marra
Reportera de la Agencia Brasil
Fort Lauderdale (EE.UU) – Durante la primera sesión plenaria de la 35ª Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), en la ciudad de Fort Lauderdale, en Florida, el ministro de Relaciones Exteriores, Celso Amorim, afirmó que el continente americano pasa por una situación particularmente trágica: "los problemas enfrentados por Haití". Por ello, dijo Amorim, " Haití necesita nuestra solidaridad activa".
Él reconoció el trabajo que Brasil y otros países latinos están haciendo, "con dedicación y espíritu de sacrificio y solidaridad" en Haití. "El compromiso de Brasil – y de muchas naciones latinoamericanas que también enviaron tropas – se basa en la expectativa de que se concreten las promesas y la asistencia ofrecida por la comunidad internacional", informó. "Sin que esas promesas de ayuda sucedan, la frustración del pueblo haitiano aumentará, y el propio sentido de nuestra presencia en aquel país quedará comprometido."
Haití es el país más pobre de Centroamérica y vive inestabilidades políticas desde su independencia, en 1804. En febrero del pasado año, el entonces presidente Jean-Bertrand Aristide dejó el país y se asiló en Sudáfrica. El presidente de la Suprema Corte, Bonifácio Alexandre, asumió la presidencia, interinamente.
En ese periodo, la Organización de Naciones Unidas (ONU) fue convocada para apoyar la transición política y mantener la seguridad interna de aquel país. Para eso, se formó la misión de paz para la estabilización de Haití, con la presencia de Brasil, Argentina, Benín, Bolivia, Canadá, Chad, Chile, Croacia, Francia, Jordania y Nepal.
Traducción: Alicia Rachaus