Carolina Pimentel
Reportera Agencia Brasil

Brasilia - Aunque las industrias brasileñas ya no producen neveras, aparatos de aire acondicionado, ni aerosoles con clorofluocarbono, que destruye la capa de ozono, la situación todavía exige cuidado porque está presente en las máquinas producidas hasta l998.

Para evitar la liberación de gases de esas máquinas, el Ministerio de Medio Ambiente está capacitando técnicos en refrigeración para lidiar con esas máquinas viejas. En conjunto con el Servicio Nacional de Aprendizaje Industrial (Senai), la iniciativa está en prueba en São Paulo, y según el proyecto, los técnicos aprenden a no liberar el gas en la atmósfera, sino a llevarlo a una central donde es reciclado.

Suelto en la atmósfera el clorofluocarbono hace huecos en la capa de ozono, encargada de impedir la entrada de rayos ultravioleta a la tierra. La exposición excesiva a estos rayos puede causar cáncer de piel y glaucoma. Según el director de calidad ambiental del ministerio, Rui de Gois, la idea es la de capacitar a 35 mil profesionales.

En 1987, diversos países, por medio del Tratado de Montreal, firmaron el compromiso de sustituir el clorofluocarbono por el hidrofluocarbono, que no agrede la capa de ozono.

Traducción : Jaime Valderrama