Cecilia Jorge
Reportera de la Agencia Brasil
Brasília - La producción de cocaína en Brasil empieza a preocupar los organismos internacionales. El representante de la Oficina de las Naciones Unidas contra Drogas y Crimen (UNODC) para Brasil y Cono Sur, Giovanni Quaglia, afirma que hay indicios de que el país está importando la pasta de coca para la producción local de la droga.
Según el informe anual de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (Jife), órgano de las Naciones Unidas, divulgado en diversos países el martes, Brasil está entre los tres países de América del Sur más afectados por el tráfico de la cocaína, junto con Ecuador y Venezuela. El documento revela todavía que es cada vez mayor la cantidad de cocaína proveniente de Brasil y de Colombia que llega a los países africanos de lengua portuguesa, como Angola, Mozambique, y también Sudáfrica.
El consumo de anfetaminas en Brasil es otro punto destacado. De acuerdo con el miembro titular de la Jife y director del Centro Brasileño de Informaciones sobre Drogas Psicotrópicas (Cebrid), Elisaldo Carlini, el país es el cuarto mayor consumidor de esa sustancia.
Las anfetaminas son usadas en las medicinas para adelgazar y se estima que cerca de 2 millones de brasileños hagan uso de ese tipo de medicina. El informe de la Jife afirma que esas medicinas provocan serios problemas a la salud. Según Carlini las anfetaminas han sido recetadas de forma indiscriminada en Brasil.
A Brasil lo dan como ejemplo, como el país que tuvo poco éxito en el combate al uso de los anorexígenos. El informe cita la aprobación de medidas, entre 1994 y 1997, para tornar más rigurosa la fiscalización de recetas médicas, lo que provocó la reducción del consumo de anfetaminas. "Pero en 1998, después de una legislación más blanda, el uso de anorexígenos aumentó más del 500%", revela el informe.
Traducción: Alicia Rachaus