Brasília, 7/7/03 (Agência Brasil - ABr) - En la reunión del Consejo de Dirección Ejecutiva de Integración de Infraestructura Regional Sudamericana, realizada este fin de semana en Caracas, Venezuela, se discutieron proyectos de financiación para la construcción de carreteras e instalación de cables de transmisión de electricidad y de soporta e las telecomunicaciones.
El jefe de la División de América Meridional del Ministerio de Relaciones Exteriores, José Eduardo Felicio, dijo a Radiobrás que hay condiciones para fortalecer la integración sudamericana, y el encuentro marcó el paso de la fase de planeamiento a la de ejecución, e informó que se han gastado cerca de US$ 1.500 millones en estudios y proyectos del programa de integración, cuya mayor parte financiada por la Corporación Andina de Fomento y el Banco Interamericano de Desarrollo. La Integración, prevista hasta 2020, puede fortalecer economicamente los países del continente de forma integrada.
Del 6 al 8 de agosto en Rio de Janeiro, los países sudamericanos, excepto Brasil presentan dos proyectos para que la Corporación Andina, el Banco Interamericano, el Fondo Financiero de Desarrollo de la Cuenca del Plata y el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social financien el proyecto.
La idea del seminario es la de dar prioridad a los más de 180 proyectos de integración ya identificados por la Integración desde que se creó en septiembre de 2000.
Felicio añadió que el presidente Luiz Inacio Lula da Silva tiene especial interés en el programa de integración sudamericana, y que para estimular su curso pretende conversar con sus colegas del continente durante el posesionamiento del presidente de Paraguay, Nicanor Duarte Frutos, el 15 de agosto.
De acuerdo con Felicio, el programa de integración ha identificado nueve aspectos de acción para el proyecto, de importancia geográfica y que representarán crecimiento para las economías de la región, además de proporcionar lazos más estrechos de integración física y económica sudamericana, añadiendo que el proyecto constituye un trabajo paralelo al Mercosur y la Comunidad Andina, con innumerables beneficios, como el aumento de reservas de energía por medio de ampliación de los gasoductos que Brasil tiene con Venezuela.