Juliana Cézar Nunes
Reportera de la Agencia Brasil
Brasilia - La Asociación de Preservación de la Cultura Gitana calcula que en Brasil existe un millón de seres de ese pueblo, de los cuales 300 mil serían nómadas. Vistos aún con prejuicio por la sociedad, los gitanos están presentes en la I Conferencia Nacional de Promoción de la Igualdad Racial. Ellos reivindican del gobierno adaptaciones en los sistemas de salud y educación para asegurar una asistencia adecuada a las comunidades.
Representante de la Asociación de Preservación de la Cultura Gitana, Yaskara Guelpa, cuenta que sólo ahora los gestores públicos están reconociendo las características especiales del pueblo gitano y disponiéndose a discutir políticas públicas.
De acuerdo con ella, en el área de salud, los gitanos quieres más comprensión para el hecho de que las mujeres sólo acepten atención ginecológica de médicas. La resistencia de los puestos y hospitales a esa exigencia cultural estaría obligando a muchas mujeres a morir por complicaciones en el parto o desarrollar enfermedades que podrían prevenirse.
En el área de educación, el gran problema es la matrícula de niños en edad escolar. Los grupos nómadas tienen la costumbre de mudar de campamento cada tres meses. Con la demora en el proceso de matrícula, muchos niños se quedan sin estudiar, y los que logran la matrícula, muchas veces son discriminados en la escuela por la falta de entendimiento de los propios profesores sobre los hábitos gitanos, dice Guelpa.
Ella explica que su pueblo enfrenta en los hospitales y en las escuelas públicas un prejuicio inconcebible, afirmando que los propios funcionarios esconden o protegen los bolsos cuando ellos se aproximan, y que la gente todavía cree en mitos como el de que el gitano roba niños, que fue construido a lo largo de los años con base en la época en la que las mujeres les entragaban a las gitanas los hijos indeseados para que ellas los criaran.
Traducción : Jaime Valderrama