Daisy Nascimento
Reportera de la Agencia Brasil
Rio - Brasil tiene mucho interés en participar de las propuestas que permitan reducir la emisión de gases contaminantes y el efecto invernadero en la atmósfera, que hacen parte del Protocolo de Kyoto, firmado en 1997, pero que sólo entró en vigor el año pasado con la adhesión de Rusia. De acuerdo con el asesor del Ministerio de Ciencia y Tecnología, Mauro Meirelles, existen actualmente en el país cerca de 30 proyectos en curso en las áreas de medio ambiente, condiciones sanitarias, y reforestación.
Esos proyectos son financiados por un mecanismo creado en el Protocolo de Kyoto, que permite a los países desarrollados, considerados los mayores responsables por la contaminación atmosférica, financiar proyectos en otros países y adquirir en cambio un certificado de carbono que podrá ser negociado en el mercado (créditos de carbono).
Meirelles explicó que esa es una inversión de largo plazo, pero puede causar efecto positivo inmediato en países en desarrollo como Brasil que, de acuerdo con el protocolo, no tiene metas de reducción en la emisión de gas.
"La ventaja para Brasil es atraer inversiones de esos países desarrollados en el sentido de realizar proyectos que aumenten la renta, la oferta de empleo, mejoren la calidad del aire, traigan más tecnología de control en las condiciones sanitarias, a la vez que contribuyen para la reducción del calentamiento global", subrayó.
Según el asesor, desde 2000 los países pueden presentar propuestas que se encuadren en las reglas del Protocolo de Kyoto. Él dijo que Brasil es autor del primer proyecto de desarrollo limpio. El proyecto fue desarrollado en Nova Iguaçu, en una área donde antes funcionaba un basurero y hoy existe un terraplén controlado. Allí, el gas metano – veintiuna veces más contaminador que el gas carbónico – está siendo aprovechado para generar energía eléctrica.
El Protocolo de Kyoto prevé que, de 2008 a 2012, la media de gases contaminantes en la atmósfera sea el 5% menor que el índice registrado en 1999. Actualmente, esa tasa se ubica el 15% superior a de aquel año. Estados Unidos, uno de los países más contaminadores del aire atmosférico del mundo, no firmaron el compromiso.
Meirelles participó el pasado viernes (20), en Río, de un seminario sobre el asunto promovido por el Instituto Brasileño de Ejecutivos en Finanzas (Ibre-Río).
Traducción: Alicia Rachaus