Brasília (Agencia Brasil) - "La mayor guardiana de una ciudad es su población". La frase del designer brasileño Aloísio Magalhães sintetiza el deber del ciudadano brasileño: cuidar del patrimonio histórico es cuidar de la propia existencia. La arquitecta Salma Saddi, superintendente del Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional (Iphan) en Goias, dice que no hay memoria nacional sin la preservación del patrimonio.
En la ciudad de Goias, antigua capital del estado, el visitante está cercado de su herencia. El municipio fue fundando por Bartolomeu Bueno da Silva, en 1727 y casi tres siglos después, en diciembre de 2001, fue reconocido como Patrimonio Histórico Mundial de la Unesco. A pesar de todo el cariño de los habitantes, dos semanas después de recibir el título, la ciudad pasó por una terrible pesadilla. Una inundación en las calles de la ciudad arrastró un puente histórico y destruyó el caserío próximo a las orillas del Río Vermelho.
El patrimonio, con 1.200 inmuebles tumbados por el Iphan, 800 reconocidos por la Unesco, tuvo 130 casas afectadas. "Fue una tragedia. Tuvimos 15 casas con pérdida total y lo que restó tuvo que ser totalmente restaurado", explica la superintendente.
Cora Coralina
La mayor atracción de la ciudad de Goias, la casa de la escritora Cora Coralina fue uno de los inmuebles que sufrió con la inundación. Ella se ubica a la orilla del río y sólo no fue totalmente destruida porque una casa que quedaba adelante la protegió un poco de la violencia de las aguas y pudo recuperarse.
La administración federal, departamental y municipal, en sociedad con el Iphan y la Organzación No Gubernamental Casa de Cora realizaron la limpieza de las casas y reciclaron todo el material afectado por las aguas. La arquitecta subraya que la preservación del patrimonio es una responsabilidad de todos, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales.
Ella dice que sin un trabajo de sociedad, no se puede llegar a ningún lugar. "Un trabajo de calidad dentro de un centro histórico exige que organizaciones no gubernamentales, la sociedad civil y los gobiernos se junten en la administración, lo que uno llama de gestión compartida", destaca. Y en ese contexto la educación patrimonial asume papel fundamental. "El ciudadano tiene que sentirse dentro de ese proceso histórico, sentir que esa es su ciudad. No es sólo el centro histórico que importa, es la ciudad, como cualquier otra, que tiene una historia que debe ser preservada", señala la arquitecta y agrega que "es mejor educar, que notificar, pero es necesario que se tenga el poder público entendiendo y apoyando a esas atribuciones también".
El centro histórico de la ciudad fue completamente recuperado, según Salma Saddi, cerca del río, la defensa civil condenó algunas construcciones irregulares que pueden impedir la salida de las aguas si llegan a suceder nuevas inundaciones. Según la arquitecta si la ciudad quiere evitar una nueva catástrofe, son necesarias tres medidas: la reforestación de las orillas del Río Vermelho, la creación de un proyecto educacional concienciando a la población para que no tire basura en las aguas y aún desocupar el área condenada por la defensa civil. "Todo para facilitar el flujo de las aguas con las lluvias", explica la superintendente de Iphan.
Reportera: Marina Domingos
Traductora: Alicia Rachaus