Parto humanizado rescata el trabajo de las acompañantes

07/05/2004 - 10h18

Brasília, 7/5/2004 - Agência Brasil - Uno de los mayores miedos de las mujeres que van a dar a luz, el del dolor, pueden amenizarlo las acompañantes de parto, quienes hacen masajes, enseñan ejercicios de relajación y dan apoyo emocional a la gestante.

"Lo que yo sentí es que el trabajo de una acompañante crea un ambiente de calma para la gestante, porque ella trabaja el aspecto físico y mental, con técnicas de relajación y ejercicios para que el bebé se encaje, y ello contribuye para que el parto corra bien y sin dolor", dice el empleado público Almir Silva, de 33 años, quien hace un mes acompañó el nacimiento de su tercer hijo.

Para ser acompañante de parto sólo es necesario tener dos manos y un corazón, afirma la pedagoga Renata Beltrão. Junto con la sicóloga Marisa Rocha, ella fundó en Brasilia el Espacio Gen, un centro que ofrece cursos de preparación para el parto y formación de acompañantes.

Quien descubrió la función de las acompañantes fueron dos médicos estadounidenses que hacían un estudio sobre el vínculo de la madre con el recien nacido a la hora del parto. Al analizar los partos descubrieron que los más fáciles y con mejores resultados tenían en común la presencia de una observadora, una chica llamada Wendi, que también daba cariño y hablaba con las parturientas.

La empleada pública Ana Cristina Silva tuvo su tercer hijo hace un mes. El parto fue humanizado, en cuclillas y con el auxilio de una acompañante. "Ella me tranquilizó, me enseñaba los ejercicios que ayudan a encajar el bebé" afirma Ana Cristina, y añade que la presencia de la acompañante aumenta la autoestima de la mujer en el momento del parto.

El parto humanizado trajo de nuevo la sensación de que la mujer es capaz de tener naturalmente su hijo, dice la acampañante Renata Mourão, añadiendo que la máquina humana es algo perfecto, el ser humano es el que intenta invertir esa lógica, y que en el parto humanizado la mujer pasa a cumplir el papel principal.

Las acompañantes Renata y Marisa son a favor del parto natural y advierten sobre el riesgo de que en nombre de la comodidad ese tipo de parto sea marginalizado, que es necesario procurar un buen médico, que haga la cesárea sólo en último caso.

Según el Ministerio de Salud, existen en Brasil mas de 60 mil parteras y cerca de 18 mil médicos obstetras, y para Renata y Marisa, esa puede ser una indicación de que el trabajo de las parteras debe ser reconocido y el parto natural incentivado.

Traductor: Jaime Valderrama