Alana Gandra
Reportera - Agencia Brasil

Rio de Janeiro – Irán ha sido presionado por Estados Unidos y Unión Europea por haber anunciado sus planes de reanudar los estudios con energía nuclear. La comunidad internacional sospecha que los iranianos utilicen la tecnología para la construcción de bombas. En Brasil, esa hipótesis está descartada.

Las próximas semanas, la empresa Industrias Nucleares de Brasil (INB) inaugura la primera planta de enriquecimiento de uranio del país. Ahora, se puede hacer todo el proceso de producción del combustible nuclear en el país. Sin embargo, el director de Enriquecimiento de la INB, Carlos Freire Moreira, recuerda que el propósito de la planta es exclusivamente comercial.

De acuerdo con él, el gobierno brasileño es signatario de todos los tratados de no-proliferación de armas nucleares. "El control se hace a través de la Agencia Brasileño-Argentina de Aplicaciones de la Energía Nuclear", explica. Para el director, a partir de 2004, cuando Brasil defendió firmemente sus secretos nucleares, hubo una mejora sustancial en las relaciones con los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica.

El investigador de la Coordinación de Programas de Postgrado de Ingeniería de la Universidad Federal de Rio de Janeiro (COPPE/UFRJ), Aquilino Serra, explica que con la nueva planta, Brasil continuará en el punto de mira internacional sólo desde el punto de vista industrial y comercial, por cuestiones de competencia.

Serra explica que Brasil está siempre abierto a cualquier inspección dentro de los límites acordados, para que los avances científicos realizados en el país no sean divulgados sin autorización. "Las instalaciones de la INB tienen un límite de enriquecimiento de uranio del 5%. Para que se construya una bomba nuclear es necesario uranio enriquecido en el 95%. Además, no se hace más bomba de uranio, sino de plutonio o de otros componentes".

Traducción: Andréa Alves