Daisy Nascimento
Reportera de la Agencia Brasil
Rio - La distribución brasileña por color o raza presentó una pequeña alteración entre 1993 y 2003, de acuerdo con la Síntesis de Indicadores Sociales 2004, del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). En el periodo, bajó del 54,3% para el 52,1% el número de personas que se declararon blancas, aumentó del 5,1% para el 5,9% aquellos que se declararon negros y del 40% para el 41,4% los que se consideraron pardos.
El cambio se registró en varias regiones del país. En el Nordeste, la participación de negros aumentó del 5,2% para el 6,4%; en el Sur, pasó del 3% para el 3,7%, y en el Centrooeste, del 2,8% para el 4,5%. En el caso de los pardos, en el Sureste la proporción, que era del 27,7% en 1993, aumentó para el 30,3%. En el Sur esa relación pasó del 12,1% para el 13,4%, y en el Centrooeste, del 48,9% para el 51,8%.
Los negros y pardos presentaron el mejor desempeño frente a los blancos, en la reducción del analfabestismo, a pesar de seguir todavía en desventaja. Entre 1993 y 2003 hubo pequeña reducción de esa tasa para negros y pardos (alrededor del 32%) que para los blancos (29%).
Ese resultado sin embargo, no fue suficiente para reducir la diferencia que hay entre negros, pardos y blancos con relación al nivel de alfabetización. El número de negros (16,9%) y pardos (16,8%) analfabetos todavía es el doble de lo verificado entre blancos (7,1%).
La encuesta revela también que, aunque la población de negros y pardos haya alcanzado en 2003 prácticamente el mismo promedio de estudio que la población blanca alcanzó en 1993, el rendimiento promedio de esos trabajadores todavía se encuentra en un rellano entre el 50% y el 60% de los salarios medios que los blancos recibieron hace diez años.
Los indicadores muestran un pequeño aumento en el porcentaje de los empleados entre la población blanca (del 47,6% para el 49,5%) y de empleadores (del 4,8% para el 5,8%). Los trabajadores negros y pardos ocuparon el mercado de trabajo, como empleados, en una proporción equilibrada con la de los blancos (45,8%), pero sufrieron desventaja cuando la comparación fue hecha con empleadores. En 2003, sólo el 2,2% de los negros y pardos consiguieron alcanzar la posición de los empleadores.
La encuesta del IBGE también subrayó una desigualdad significativa en la proporción de trabajadores domésticos entre blancos, que se ubicó en el 6,1%, y negros y pardos, que fue del 9,6%.
Traducción: Alicia Rachaus