Empieza búsqueda de restos mortales de victimas de la guerrilla del Araguaia

05/03/2004 - 10h59

Brasília, 5/3/04 (Agência Brasil - ABr) - Empieza una nueva fase de la lucha de los familiares en busca de los restos mortales de los desaparecidos durante la querrilla del Araguaia, un conflicto armado en el corazón de Brasil durante la dictadura militar, cuyo momento más crítico fue entre los años 1972 y 1974, cuando se asesinaba a quien desafiaba el régimen de gobierno. Poco se sabe sobre el movimiento y sus consecuencias a principios de la década 70, época del "Adelante Brasil" o del "Brasil, Ámelo o Déjelo".

Hoy puede ser un día histórico porque empezaron las demarcaciones del lugar donde existió una base militar del Ejército y la Aeronáutica, a orillas del rio Araguaia, donde estarían las osamentas de Walquiria Afonso da Costa y de Osvaldo Orlando da Costa, líderes de la guerrila del Araguaia.

Este asunto siempre se mantuvo en secreto y tal vez sea la última mancha de los "años de plomo" en Brasil, que empieza a limpiarse de forma conciliadora y humana para los sobrevivientes que en los últimos 30 años han buscado algo, por lo menos un esqueleto para reverenciar a quien luchó por un idealismo.

Los Trabajos que empezaron hoy, con la participación de geológos, médicos legistas, parientes, y tres antropólogas argentinas, además del ex soldado del Ejército Raimundo Pereira, que ahora es uno de los testigos de las atrocidades, serán acompañados por el ministro de la Secretaría Especial de Derechos Humanos, Nilmario Miranda.

En la memoria de muchos aún existe el refrán: Todos juntos... Avante Brasil, de mi corazón, Salve la Selección..., de la eufórica conquista del tricampeonato mundial de fútbol, en México, durante el gobierno del general Emilio Médici. Mientras en las calles muchos brasileños se ufanaban de su patria en los estadios, en los cuarteles y comisarías de policía algunos idealistas eran torturados y muertos, en los sótanos de la dictadura, como se decía en la épóca.

Ahora, pasados 30 años, la historia empieza a ser removida sin traumas, pero a pesar de las tres décadas pasadas, los parientes de las víctimas de las matanzas nunca desistieron del derecho de rescatar los restos mortales de sus hijos, hermanos, esposos o padres.