Lílian de Macedo
Reportera - Agencia Brasil
Brasilia - Brasil tiene varias leyes que reglamentan la producción y el porte de armas de fuego. La más reciente, de acuerdo con el jefe nacional del Sistema de Control de Armas de Fuego (SINARM), Fernando Segóvia, obliga a que el SINARM mantenga el registro general de las armas de fuego importadas, producidas o vendidas en el país.
La regla también define algunos prerrequisitos para la adquisición de una arma de fuego, como edad mínima de 25 años, inexistencia de antecedentes criminales y test psicotécnico.
Los habitantes de las áreas rurales tienen el porte de arma asegurado por la legislación. Sin embargo, el texto del decreto autoriza el uso de este instrumento para personas "en la categoría cazador de subsistencia". Este grupo puede poseer armas portátiles y de, como máximo, calibre 16, que deben ser mantenidas en las residencias.
Según Segovia, si la población decide por la prohibición de la venta de munición y armas de fuego, sólo podrán comprarlas los órganos de seguridad pública, tribunales de Justicia, clubes de tiro y organizaciones vinculadas a las entidades que tienen el porte de armas.
La diputada Denise Frossard recuerda que, hasta 1997, el porte ilegal de armas era considerado contravención penal. "A partir de entonces, leyes transformaron este acto en un crimen, con pena de cárcel. Recientemente, el Senado aprobó un proyecto que, entre otras medidas, hace del porte ilegal de armas un crimen sin fianza".
Traducción: Andréa Alves