Alessandra Bastos
Reportera Agencia Brasil
Brasilia - Comunidades tradicionales del semiárido nordestal brasileño, como las de indígenas y descencientes de esclavos están preocupadas con la posibilidad de que seanexpulsados de sus tierras a causa de la integración del río São Francisco a las cuencas del nordeste septentrional.
Las comunidades piden garantías de que permanecerán en sus tierras. El mayor temor no es el de desapropiamiento en función de las obras, que deben afectar a cerca de 700 familias, sino de que la valorización de las tierras en virtud de la llegada de las aguas estimule la especulación agraria.
Un informe del Ministerio Público Federal, firmado por la antropóloga Maria Fernanda Paranhos el último 1º de abril afirma que el proyecto ha generado mucha expectativa en cuanto a la generación de empleo, retorno de las actividades agrícolas, aumento de renta, pero también temores de que la población sea expulsada o reasentada en función de la implantación del canal y de las invasiones en razón de la probable valorización de la tierra.
Documentos elaborados por diferentes órganos públicos divergen en relación al número de comunidades tradicionales en él área.
El Estudio de Impacto Ambiental elaborado por el MInisterio de Integración Nacional y aprobado por el Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables cita la existencia de 13 comunidades de descendientes de esclavos no reconocidas oficialmente, además de tres grupos indígenas, Pipipans, Trukas y Tuxas, que podrían resultar afectadas por las obras, mientras que los programas de desarrollo que prevé el documento como acciones paralelas a la ejecución del proyecto, incluyen a ocho comunidades descendientes de esclavos y a nueve indígenas.
Traducción : Jaime Valderrama