Lourenço Melo
Reportero Agencia Brasil

Brasilia - Empezó este sábado por radio y televisión la campaña coordinada por el Tribunal Superior Electoral para divulgar el referendo popular sobre la venta de armas y munición en el país, que se realizará el 23 de octubre, cuando los electores van a contestar sí o no a la pregunta " ¿El comercio de armas de fuego y munición debe ser prohibido en Brasil?".

Con la respuesta los electores reglamentan el artículo 35 del Estatuto del Desarme. Si el elector opta por la prohibición, contestando sí, no le será posible al ciudadano común comprar armas ni munición, que pasarán a ser restrictas a áreas de seguridad y a los coleccionadores que dispongan de registro en la Policía Civil o Federal.

El porte de arma de fuego, por la legislación brasileña, implica prisión en flagrante y apertura de expediente criminal. El ciudadano que tiene registro de arma, puede mantenerla guardada en su caso u oficina. Hasta el transporte del arma descargada a la comisaría de policía para la rutina de registro sólo puede hacerse con previa autorización de la policía.

El asesor de Comunicación Social del Tribunal, Armando Cardoso, dijo que el tribunal no entra en el mérito de la cuestión y se limita a promover la votación popular, que tendrá 406 mil urnas electrónicas instaladas en 353 mil secciones electorales del país.

Votarán 122 millones de electores residentes en el país, y como no se trata de elecciones generales, los brasileños que viven en el exterior están dispensados de participar. Deben votar todos los electores de 18 a 70 años de edad.

Dos millones de electores van a trabajar como fiscales de urna durante la votación, además de los empleados de la Justicia Electoral. Quien esté fuera de su domicilio debe justificar la ausencia a la urna, como ocurre en las elecciones ordinarias, lo que puede hacerse en las agencias de Correos o en puestos instalados en los aeropuertos. Si el ciudadano no cumple esta obligación, pagará multa y sufrirá diversas restricciones, como prohibición de participar en concursos públicos y tomar préstamos bancarios.

Traducción : Jaime Valderrama