Marcos Chagas
Reportero Agencia Brasil

Brasilia - El discurso del presidente Luiz Inacio Lula da Silva no fue bien recibido por los líderes de los partidos de oposición en el Senado, Partido del Frente Liberal (PFL) Agripino Maia y Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) Arthur Virgilio Neto, ni por el senador Cristovam Buarque, del Partido de los Trabajadores (PT), quienes oyeron juntos el discurso en el Congreso Nacional.

Buarque clasificó el discurso como frustrante, afirmando que frente a la dimensión de la crisis política, el presidente no podría haberse limitado a decir que fue traicionado por compañeros del PT y del gobierno, y que estaba indignado como toda la población.

Buarque, ex ministro de Educación del actual gobierno afirmó que el pueblo tiene derecho de estar indignado, pero el presidente no, que le cabe al mandatario transformar su indignación en una acción firme de combate a la corrupción, y que al no haber propuesto una línea de acción perdió credibilidad.

Para Agripino Maia, el discurso del presidente no convenció, considerando que el momento es propicio para continuar las investigaciones sobre el uso de una contabilidad paralela en campañas electorales y el supuesto soborno a parlamentarios de partidos que apoyan al gobierno, y que si se confirma el crimen electoral o alguno otro cuya penalidad sea la destitución, su partido no dudará en solicitarla.

Arthur Virgilio Neto dijo que el presidente Lula hizo una prestación de cuentas falsa, que no cabía, añadiendo que el discurso fue un chasco, que no indicó nombres de corruptos, y añadió que Lula habló de reforma política como si esta fuese la solución para la crisis.

El presidente de la Comisión de Asuntos Económicos, Luis Otavio, quien tambíen acompañó el discurso en el Congreso Nacional, fue el único que apoyó el discurso, afirmando que defenderá hasta el fin el gobierno del que forma parte.

Traducción : Jaime Valderrama