Porto Velho - Deusina de Oliveira Coelho, "Doña Gorda", cuida de cada uno de los niños de la Escuela Dante, localizada en un barrio carente de Rondonia, región Norte de Brasil, como si fuesen suyos. Por eso, quedaba tan triste cuando no podía ayudar a los pequeños que se quejaban de hambre. "Hace tres años sufrimos porque no había merienda para los niños", dijo. "Los niños me decían: no comí en la escuela, y cuando llego a casa no tengo comida, qué voy a hacer". Me quedaba llorando y el niño salía llorando", subrayó.
La tristeza se fue cuando la Asociación de Productores Rurales del Porto Velho pasó a ayudar la institución. "Ahora es sólo alegría. Todos están muy contentos y de panza llena", dijo Doña Gorda. La satisfacción no es sólo de la escuela. Gracias a un Programa de Adquisición Alimentaria, los agricultores familiares de la capital de Rondonia consiguieron vender su producto a la Compañía Nacional de Suministro (Conab). El destino: instituciones carentes.
Por el proyecto, la Conab repasa para asociaciones o cooperativas de agricultores familiares el valor, de como máximo, US$ 866,8 (R$ 2.500,00) por persona. Los productos son variados: pollo, jugos, verduras, fríjol, arroz. Las asociaciones y cooperativas son responsables por repasar los productos a escuelas, guarderías y a entidades de atención a ancianos, comunidades religiosas, pastorales, programas sociales, todos vinculados al Hambre Cero. Para participar del programa, las asociaciones elaboran un proyecto que debe ser previamente aprobado por los consejos de seguridad alimentaria de los municipios.
La compra anticipada con donación ya fue hecha en ocho estados: Bahía, Paraná, Santa Catarina, Río Grande del Sur, Río de Janeiro, Rondonia, Minas Gerais y Río Grande del Norte. Fueron inviertidos, en 2003, US$ 2 millones (R$ 5,8 millones). Los recursos benefician agricultores de 46 municipios, siendo 2.932 productores familiares y 755 instituciones.
Sólo en Porto Velho, Rondonia, son 20 instituciones que atienden a cuatro mil personas. El programa, que ayuda a instituciones carentes, fue importante para los agricultores familiares. "Creo que con ese programa muchos productores rurales están volviendo para el campo", dijo Pedro Bordalo, presidente de la Central de Asociación de Productores Rurales de Porto Velho. "Los agricultores tienen local cierto para entregar, para vender y tienen como recibir", agregó.
La productora rural Lori Bizarello conmemora los resultados. Con 69 años, todavía trabaja en el campo cultivando maracuyá. Ella dijo que el programa ayudó mucho, porque antes vendía para el intermediario por un precio menor. "Uno gana un poco más y entonces puede vivir un poco mejor", afirmó. "Estamos ayudando también a personas más necesitadas. Uno cree que todo podrá mejorar y así produciremos más", añadió.
Agencia Brasil
Reportera: Luciana Vasconcelos
Traductora: Alicia Rachaus