Porto Velho (Rondonia) - La escritura de las tierras donde viven es el mayor deseo de los habitantes del campamento Che Guevara, localizado en Alto Alegre dos Parecis, en Rondonia, región Norte. Hace siete años, 130 familias viven en el local. No quedaron paradas durante ese tiempo, ayudaron la economía del municipio. Son responsables por el 25% de la producción de fríjol, maíz y arroz.
En la última cosecha, conmemoraron la venta para el gobierno por medio de la Compañía Nacional de Suministro (Conab). "Eso para nosotros fue la salvación porque habíamos hecho grandes inversiones en la producciíon", dijo Félix Santiago, uno de los directores del campamento. Según él, la mayoría de las familias consiguió pagar deudas anteriores y guardar dinero para el año que viene, "sin pasar necesidad como sucedía".
La agricultura familiar es fuerte en Rondonia. De acuerdo con el secretario de Agricultura del Estado, Luiz Cláudio Alves, el 85% de los locales rurales son formados por pequeños productores rurales. Son responsables por la producción de arroz, maíz, fríjol y soja. Además de eso, también invierten en ganadería - tanto en ganado de corte, cuanto lechero. Por día, son 1,7 millón de litros de leche y, según el secretario, la meta es triplicar este número hasta 2006.
Mitad de nuestra economía viene del sector productivo, el 90% es de la agricultura familiar", dijo. "Entonces para nosotros es de fundamental importancia que el gobierno esté presente con acciones que realmente vengan a fortalecer la agricultura familiar del estado", dijo, elogiando la iniciativa de compra del fríjol. "Además de atender la mayor parte de nuestros agricultores familiares, fortalece la economía", agregó.
El alcalde de Alto Alegre, João Adelir Matt, dijo que el municipio ganó con la compra directa del fríjol, pero el mayor beneficiado fue el agricultor. "Estoy seguro que el año que viene la producción será mayor", garantizó.
Las 130 familias que viven en el campamento Che Guevara trabajan para tornar el local agradable. Allí hay una capilla, una escuela para niños chicos, una cancha de fútbol y un espacio para fiestas, donde se toca el ritmo preferido de los habitantes: el forró (parecido a la cumbia). Felix Santiago garantizó que en siete años nunca hubo problema en el local. "Pueden procurar en la comisaría que uno nunca, en esos siete años, tuvo un registro en el municipio debido a la convivencia pacífica que tenemos".
El campamento cuenta tiene una huerta y una farmacia homeopática, que fue construida con el apoyo de la Pastoral de la Salud. Lindaura Paixão da Costa, habitante del Che Guevara, nos cuenta que mucha gente busca el campamento para tratarse. Vanessa Conceição, que también vive en el local, dijo que sólo trata a su familia con medicinas naturales. "No tomo medicinas de farmacia", añadió.
Agencia Brasil
Reportera: Luciana Vasconcelos
Traductora: Alicia Rachaus