Brasília - Hace un año, Sérgio Vieira de Mello era representante de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en misión humanitaria en Irak. Él intentaba reducir el tiempo de permanencia de las fuerzas de ocupación norteamericanas e inglesas en aquel país, cuando fue víctima de un acto terrorista contra el edificio de la ONU en Bagdad. Además del brasileño, 22 funcionarios murieron. Eso sucedió el 19 de agosto de 2003, "lo que jamás será olvidado por los parientes, amigos y por la gran familia de la ONU", según Carlos dos Santos, director del Centro de Información de las Naciones Unidas para Brasil.
Sergio Vieira de Melo, en la opinión de Carlos dos Santos, fue un ejemplo de abnegación, "un hombre que buscaba aliviar el sufrimiento humano por donde pasaba". Tras lo ocurrido la ONU se retiró de Irak.
En su homenaje y a las otras víctimas del atentado, la ONU también promovió ceremonias en Nueva York, Ginebra y Amann.
Agência Brasil
Reportera: Keite Camacho
Traductora: Alicia Rachaus
20/08/2004