Foz de Iguazú, 17/5/04 - Agência Brasil - Cuando la Itaipú Binacional fue fundada en 1974 para la construcción de la mayor planta hidroeléctrica del mundo, la novedad provocó temor a ecologistas y biologos de todo el mundo, porque creían que sería imposible levantar una muralla de 196 metros de hormigón armado sin causar impactos al medio ambiente. Interrumpir el cauce del río Paraná para instalar una hidroeléctrica trajo consecuencias a los municipios vecinos de Itaipú, que acabaron inundados con la retención de las aguas.
Frente a la constatación de que daños al medio ambiente serían una realidad con la nueva planta, la dirección de la Itaipú Binacional concentró esfuerzos para amenizar los estragos ambientales. La primera prioridad fueron los municipios vecinos a la hidroeléctrica. A lo largo de los 30 años de actividades de la empresa se han plantado más de 20 millones de mudas de árboles nativos en el área de protección de la reserva que tiene 1.350 kms. de extensión.
Aunque la preservación ambiental haya sido una bandera de Itaipú desde su construcción, en los últimos cinco años fue incrementada. El director brasileño de Coordinación de Itaipú Binacional, Nelton Miguel Friedrich, asegura que tras 25 años dedicados a los alrededores de la planta, la empresa amplió sus proyectos ambientales.
El principal programa ambiental de Itaipú tiene como preocupación evitar el desperdicio de agua dulce, que representa el 3% del agua disponible en la tierra. El Cultivando el Agua Buena reúne 70 proyectos y subproyectos con el objetivo de concienciar a los habitantes de los 29 municipios de la Cuenca del río Paraná sobre la necesidad de preservación del agua, donde hay más de 1.500 nacientes de primer grado, que van formando cursos de agua y todos llegan a la represa de Itaipú.
Entre los principales programas están también el estímulo a la agricultura orgánica, la construcción de una via de biodiversidad que conecte el Parque Nacional de Iguazú al Pantanal Matogrosense, además del incentivo al cultivo de peces en tanques, procurando aliar la preservación del medio ambiente a la responsabilidad social.
El año pasado 50 familias de pescadores del lago Itaipú recibieron dos tanques de 4 mts.³ con 500 alevines además de orientación técnica para operar y asegurar la reproducción. La idea del proyecto es la de que con la venta del primer pescado los pescadores puedan comprar más especies que les den sustento.
Una de las familias favorecidas fue la del pescador Miro Vogel, quien con su esposa Dionisia, vive con 4 hijos a la orilla del lago de Itaipú en una pequeña casa sin electricidad. Cuando llega la noche un farol a gas alumbra la casa. El año pasado ellos recibieron dos tanques y este año otros dos, y explican que ello ha mejorado mucho su vida porque con la pesca en el lago no siempre tenían que comer, y hoy viven de la venta de pescado producido en los tanques, fresco o salado y curado.
Otro programa de éxito tanto para turistas como para habitantes de Foz de Iguazú fue el Canal de Piracema, un río artificial de 10 kms. entre el río Iguazú y el lago de la planta, que permitirá que diversas especies de peces lleguen a las áreas de reproducción en los ríos que forman el lago de Itaipú en el periodo de la reproducción, y que está considerado como el mayor canal artificial del mundo.
Para Friedrich el canal es sólo uno de los proyectos de la empresa, que tiene como prioridad la celebración de la vida animal y vegetal, explicando que quien ama cuida, pero para amar hay que aprender, que conocer, que valorizar.
Traductor: Jaime Valderrama