Brasília, 3/5/2004 (Agencia Brasil) - El gobierno brasileño no quiere sólo crear lugares en las penitenciarias, quiere incentivar, cada vez más, la aplicación de las penas alternativas, como prevé el artículo 43 del Código Penal Brasileño. La información es del director del Departamento Penitenciario Nacional (Depen), Clayton Nunes. Él admite, sin embargo, que el gobierno falla en la fiscalización de esas penas, que son aplicadas para condenaciones de hasta cuatro años, en crímenes sin violencia o grave amenaza.
Para que se discuta la efectividad de las penas y medidas, se realizará en Brasilia entre los días 4 y 6 de mayo, conferencia internacional con el objetivo de sensibilizar operadores de derecho y la población para la importancia de la aplicación del uso de penas alternativas.
Durante la Conferencia serán presentadas experiencias de otros países en la aplicación de penas alternativas. Uno de ellos es Inglaterra, donde el 80% de los procesos criminales son solucionados con esas medidas y la reincidencia al crimen es baja.
Las directrices de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre prevención y tratamiento de las personas sugieren la aplicación de pena privativa de libertad solamente cuando sean practicados crímenes graves. Para otros delitos, son recomendadas las penas alternativas, como la prestación de servicios a la comunidad.
En el Distrito Federal donde las penas alternativas han sido aplicadas, los resultados son satisfactorios, según el juez Gilmar Tadeu Soriano, de la Central de Penas Alternativas. Según él, menos que el 2% de los condenados que pagaron por medio de prestación de servicios volvieron a cometer nuevo delito.
Tercerizar
Clayton Nunes descarta la idea de que el Gobierno Federal tenga la intención de tercerizar el sistema penitenciario, pero garante que los estados pueden contratar prestadores de servicios para implementar algunas acciones.
La política penitenciaria del gobierno prevé la construcción de cinco penitenciarias federales para desarticular las acciones de presos considerados peligrosísimos. La primera penitenciaria federal del país quedará lista hasta fines de 2005 y será en Mato Groso del Sur y tendrá capacidad para 200 presos. Las otras serán construidas en los estados de Paraná, Roraima y Tocantins.
Traductora: Alicia Rachaus