Goiânia, 29/10/2003 (Agencia Brasil - ABr) - Caso la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) apruebe la última revisión del acuerdo cerrado con el gobierno brasileño, aún no está cierto que el país retirará cerca de US$ 8.000 millones, cantidad que resta de los US$ 30.000 millones liberados por el Fondo el año pasado.
La información es del presidente del Banco Central, Henrique Meirelles, que participó el martes, en Goiania, de evento que reunió autoridades y empresarios brasileños y alemanes, con la intención de incrementar el comercio entre los dos países.
Meirelles descartó, aún, que para sobrevivir el año que viene, el país tenga urgencia en cerrar un nuevo acuerdo con el FMI. "La situación de las cuentas externas brasileñas, que por primera vez en diez años cerrará con superávit, es muy cómoda. Además de eso las reservas netas de dólares están creciendo", dijo el presidente del BC.
Según él, la flexibilización de la política monetaria, iniciada en julio con el descenso de la tasa básica de intereses de la economía Selic, e intensificada en los últimos meses, provocará el aumento progresivo en el consumo del brasileño. Esa reducción en los intereses está aliada al aumento de la oferta de crédito y de los rendimientos reales, provocadas por el descenso de la inflación.
Para justificar parte de las dificultades vividas hoy por los brasileños, el presidente del Banco Central afirmó que el país aún vive el reflejo del ajuste promovido por el gobierno brasileño para controlar la inflación. "Brasil está pagando el precio del ajuste de las cuentas corrientes, a través del coste del proceso de desinflación. Pero fue justamente el éxito de las políticas adoptadas, que permitió una solución menos costosa para el país", dijo el presidente del Banco Central. (AKR)