Brasília, 25/06/03 (Agência Brasil - ABr) - El presidente Luiz Inacio Lula da Silva indicó ayer que las altas tasas de interés se reducirán para un dígito durante su gobierno, al referirse a la tasa cobrada en préstamos, dijo que la población no puede continuar pagando las tasas cobradas por las empresas de crédito que llegan al 332% al año, y que el gobierno quiere prestar dinero al 2% para que el pueblo pueda comprar, disminuir el crédito en el comercio, incluso para comprar comida.
Durante la entrega de premios del Concurso Nacional de Creatividad para Docentes, en la Confederación Nacional de la Industria (CNI), Lula reiteró que en los próximos cuatro años Brasil conocerá el espectáculo del crecimiento, y conciente de las dificultades explicó que nadie impedirá su determinación ni disminuirá su fe en transformar el país, aseverando que ni lluvias, ni heladas, ni terremotos, ni caras feas, ni el Congreso Nacional, ni el Poder Judicial, sino que sólo Dios le impediría hacer que Brasil ocupe el lugar de destaque que nunca debería haber dejado de ocupar.
Para el presidente, algunos miembros del Poder Judicial y del Parlamento vienen cuestionando puntos de las reformas tributaria y de seguridad social propuestas por el gobierno, lo que puede retardar las transformaciones del país, necesarias para el equilibrio de las cuentas públicas y la retomada del crecimiento, reconociendo las dificultades, pero con la seguridad de que si no hay determinación, abnegación de todos, no se logra la empresa.
Las críticas del presidente se dirigieron a sus antecesores, afirmando que en los últimos años Brasil no pudo cambiar su imagen en el exterior de país tercermundista, y en una referencia implícita al ex presidente Fernando Henrique Cardoso, dijo que en sólo seis meses de gobierno logró cambiar la política internacional, mientras que muchos que estudiaron durante toda la vida no hicieron.
Aunque esté dispuesto a alterar la política externa del país, Lula quiere asegurar que dentro de Brasil los programas ya iniciados en otros gobiernos y que continúan con buenos resultados, se mantengan, citando el ejemplo de la Superintendencia de Desarrollo del Nordeste, extinguida hace dos años, cuando captaba el 60% del Impuesto sobre Circulación de Mercancías y Servicios para la región, quejándose de que muchas cosas se acabaron sin sustituirlas, lo que no le parece correcto, concluyendo que Brasil debe comprender que el país no es suyo, sino que él lo gobierna dentro de un plazo determinado. (JV)