Lana Cristina
Reportera de la Agencia Brasil

Brasilia – La primera experiencia de concesión en carreteras federales brasileñas es de 1996. Son seis trechos, en operación, explotados por concesionarias: la Vía Dutra (une São Paulo y Rio de Janeiro), Rio de Janeiro-Juiz de Fora, el puente Río-Niterói, Río-Teresópolis, Além-Paraíba, Porto Alegre-Osório y el Polo Vial de Pelotas, esos últimos en el estado de Rio Grande do Sul. Basado en esos ejemplos, y perfeccionando reglas, el gobierno elaboró los edictos de las nuevas concesiones en 1999.

La segunda fase de las concesiones fue idealizada en el gobierno anterior, pero, mismo después de alteraciones hechas en el gobierno actual, en 2003, tiene básicamente los mismos criterios en la selección de las carreteras que puedan ser explotadas por una empresa privada.

Según la Agencia Nacional de Transportes Terrestres (ANTT), en primer lugar, la carretera tiene que tener tráfico suficiente para que el concesionario tenga garantía de recursos permanentes.

Otro criterio usado para elegir las carreteras repasadas a concesionarios, es la renta por cada persona que vive en la región afectada por la carretera. Según la ANTT, aunque una carretera tenga gran movimiento, no se puede penalizar a la población de locales que no tienen como pagar peaje que será cobrado cuando la concesión esté operando. Sería el caso de la Transamazónica y de la mayoría de los trechos de la Belén-Brasilia.

Traducción: Alicia Rachaus